Historia

UN EQUIPO DE LEYENDA

Tras la excelente campaña de 1959, se mantiene al argentino José Salerno a cargo de la dirección técnica en la temporada 1960. Los celestes quedan eliminados en la primera fase de la Copa Chile (en un grupo que comparten junto a San Bernardo Central y Colchagua).

La institución arma un plantel con reales aspiraciones para esta temporada. Mantiene a figuras como Ricardo Storch, René Orlando Meléndez, José Benito Ríos, Aldo Droguett y Roberto Rodríguez, entre otros. Llegan tres verdaderas leyendas: Jaime Ramírez desde el Granada de España, el mundialista Jorge Robledo y el argentino Federico Vairo.

Se recuerda que a comienzos de ese año el periódico “El Rancagüino” tituló: “Hoy comienza la lucha por el segundo lugar”, demostrando la desbordada confianza que generaba el equipo. Incluso, la Revista Estadio escribía sobre el “Real O’Higgins”, en alusión directa al Real Madrid.

Ya en el Campeonato Oficial, el equipo no satisface las expectativas y culmina en el séptimo lugar de la tabla de posiciones, incluso en el transcurso de la temporada se produce el cambio de entrenador, asumiendo otro argentino: Carlos Orlandelli.

René Meléndez se convierte en el máximo anotador del conjunto con 11 goles.

EL MUNDIAL DEL 62

La temporada 1961, iniciada con Carlos Orlandelli en la banca, sufre la partida de los valores que lo transformaron en ese atractivo equipo de fines de los cincuenta, puesto que abandonan Storch, Meléndez, Ramírez, Robledo y el goleador José Benito Ríos. No obstante, brillan futbolistas como el delantero Ricardo Cabrera (goleador con 10 tantos), el propio Juvenal Soto y Luis Morales. No obstante, mantiene en el bloque defensivo a Federico Vairo, Aldo Droguett, Omar Pozo y Roberto Rodríguez.

La campaña del 61’ no es tan positiva como la del año anterior, incluso, Jorge Robledo asume en reemplazo de Orlandelli, y el equipo cierra el torneo ubicado en el séptimo lugar.

En el año del Mundial, el cuadro es dirigido por Hernán Carrasco Vivanco, técnico y profesor de educación física, quien posteriormente desarrollaría grandes campañas en el fútbol salvadoreño. Precisamente, Carrasco es el ayudante de Fernando Riera en la selección que disputó la Copa del Mundo.

En el plantel de 1962 destacan los nombres propios de Droguett, Vairo, Pozo, Rodríguez, Héctor Torres, José Sulantay, Luis Morales. Omar Pozo y el arquero Sergio Fuentealba. Pese a ello, los celestes finalizan en el 11º lugar de la tabla de posiciones con 30 unidades. Nuevamente, Ricardo Cabrera se alzaba como goleador del conjunto con 17 conquistas.

DE REGRESO A SEGUNDA

Para la temporada siguiente, asume el equipo uno de los entrenadores más recordados de la historia del club: el argentino José Pérez, quien había consagrado a Santiago Wanderers como campeón en el año 1958 (también lo haría el 68’).

El ‘Gallego’ era un técnico capaz, con olfato y que irradiaba respeto, características que llevaron a los directivos celestes a tratar de imitar el logro obtenido por el DT en Valparaíso.

No obstante, el destino le tendría preparado al club su primer fracaso en el profesionalismo, el descenso a segunda división en 1963. Pese a que el equipo mantuvo a jugadores que habían llevado el peso de las campañas anteriores (Droguett, Vairo, Fuentealba y Morales), el rendimiento arrojó el 18º lugar con sólo 24 puntos (20 derrotas en 34 partidos).

Otra vez, y por tercer año consecutivo, Ricardo Cabrera se convertía en el máximo anotador de los celestes con 17 goles.

Por primera vez en la historia, el cuadro celeste milita en segunda división en la temporada 1964, recordando que el debut profesional se dio en primera en el año 55’ tras la fusión de América y O’Higgins Braden.

UN "TRANVÍA" LLAMADO DESIDERIO

El presidente Patricio Mekis mantiene la confianza en José Pérez quien arma un equipo con aspiraciones de regresar inmediatamente al profesionalismo y para ello incluye, probablemente, al mejor jugador que ha tenido la historia del club: Mario Oscar Desiderio.

El futbolista, formado en Estudiantes de la Plata, regresaba de Europa, tras un paso irregular por el Catania y se convertiría en un verdadero ídolo de la hinchada celeste. El ‘Tranvía’ era seleccionado argentino y había disputado los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.

Junto a Desiderio, el equipo lo conforman jugadores como el propio Federico Vairo, Aldo Droguett, César Valdivia, Omar Pozo, Carlos Guerra, Jorge Dagnino, Ricardo Díaz, Luis Morales, Manuel Canelo, Douglas Bedwell, Violante Latorre y los arqueros Constantino Zazzalli, Sergio Fuentealba y Raúl Ramos.

El conjunto cumple una campaña a gran nivel y restando cuatro fechas para que termine el certamen, consigue el ascenso al vencer por la cuenta mínima a Colchagua en San Fernando con gol de Mario Desiderio.

Los celestes logran de esta manera el único título de un torneo oficial, con 53 puntos (22 victorias, 9 empates y 5 derrotas. La delantera convierte 62 goles en 36 partidos y sólo recibe 39.

Mario Desiderio (19) finaliza a sólo tres goles del máximo anotador del torneo (Dalmacio San Martín de Lister Rossell). Jorge Dagnino anota 9, Violante Latorre 8, Ricardo Díaz 6, Carlos Guerra y Luis Morales 5.

DESPEDIDA DEL "GALLEGO" PÉREZ

Para el año 1965, otra vez en primera, José Pérez mantiene a la gran parte de los jugadores que obtuvieron el ascenso en la temporada anterior, aunque agrega a jugadores como Carlos Reynoso, Víctor Zelada y Fernando Osorio, además de las incursiones más regulares del volante Joel Retamal y el defensor Héctor Contreras.

Mario Desiderio confirma en la división mayor todos sus pergaminos y culmina como goleador del equipo con 13 anotaciones, mientras el equipo finaliza su campaña en el 11º lugar con 33 unidades.

En 1966, ‘Gallego’ cumple su cuarta temporada al mando de la dirección técnica del club, año en que además se despediría Mario Desiderio, no obstante el ‘Tranvía’ repite la cuota de goles del 65’ y nuevamente se convierte en el máximo anotador del conjunto. Quien sí abandona el club es el defensor Federico Vairo.

Los celestes culminan su campaña en el noveno lugar con 35 unidades, en un equipo que no presenta grandes novedades en relación a los planteles anteriores, aunque aparecen futbolistas como el defensor Germán Carrasco, Rubén Muñoz y los atacantes Alberto Perazzo y Luis Pino.

José “Gallego” Pérez cumpliría su último año como entrenador de O’Higgins en la temporada 1967. Nuevamente el equipo ocupa el 11º lugar de la tabla de posiciones con 31 puntos. Ya no se cuenta con Mario Desiderio, tras emigrar al Deportivo Cali de Colombia.

En este año arriba al club el delantero argentino Rubén Fernández, quien se convertiría en el goleador de la oncena con 12 anotaciones. También se suman el medio argentino José Florindo, el atacante Miguel Portales y Víctor Manuel Arias. Asimismo, brilla el defensor Freddy León.

LLEGA LEONARDO BEDOYA COMO DT

Dante Pesce, proveniente de Deportes La Serena, asume el cargo de director técnico en la temporada 1968, quien consigue el concurso de cuatro extranjeros para la temporada, los argentinos Rubén Piazza (arquero), Julio Di Julio (delantero) y Rubén Amoresano (zaguero), más el volante paraguayo José Infrans.

La campaña del año es menos que regular, finalizando en el 14º lugar con sólo 28 puntos, superando a Unión La Calera y al descendido Unión San Felipe. Luis Pino se trasformó en el goleador de la temporada con 14 conquistas.

El técnico local Leonardo Bedoya se hace cargo del equipo tras 22 fechas dirigidas por Dante Pesce y finaliza el torneo.

El propio Leonardo Bedoya es el encargado de dirigir a los celestes en la temporada 1969, aquí llegan tres nuevos trasandinos: a la portería el meta Varella, el atacante Paz y el medio Rubén Vanucci. Destaca el aporte del delantero Fernando Pérez y el crecimiento futbolístico que experimenta José ‘Coto’ Acevedo.

Los celestes finalizan la fase provincial con 16 puntos en el octavo lugar, disputando a continuación la serie A del torneo oficial. Aquí el equipo termina en el séptimo puesto con 17 unidades y Fernando Pérez se convierte en el goleador del año con 16 conquistas.

Valores importantes de esta campaña serán Luis Pino, Douglas Bedwell, Víctor Manuel Arias y Joel Retamal.

Recopilación de Waldo Correa M.

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