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El Capo dictó una entretenida clínica

Publicado Miércoles, 16 de Octubre de 2011


  • Un centenar de niños llegó hasta el complejo deportivo La Gamboína a participar de una clínica de fútbol, donde practicaron y compartieron con los jugadores del Plantel de Honor del Capo de Provincia.

El Capo dictó una entretenida clínica El entrenamiento vespertino de O’Higgins fue bastante especial, pues contó la presencia de los hijos de los trabajadores de Agrosuper, quienes tuvieron la oportunidad de jugar fútbol junto a los crack del Capo de Provincia. Se trata de la clínica de fútbol, donde los propios jugadores dejaron de lado su rol de futbolistas para convertirse en una suerte de docentes y enseñarles a estos futuros deportistas técnicas para manejar el balón, jugadas y cómo ser parte de un ameno juego en el participaron niñas y niños. Los pequeños fueron divididos en dos grupos, uno a cargo del preparador de arqueros, Cristian Trejos y otro a cargo del meta celeste, Roberto González, quien resaltó que “es importante integrar a los niños al deportes y nosotros poder aportar con un granito de arena para esta actividad de índole recreativa donde ellos se divierten mucho, además que a nosotros como equipo también nos sirve mucho poder compartir con los más pequeños” dijo González, quien sin duda tiene experiencia en el tema, considerando que cursa la carrera de Técnico de Fútbol en INAF y que ya realiza su práctica colaborando en la Sub 12 de O’Higgins. Quien también se mostró muy cómodo en la actividad fue el goleador del Capo de Provincia, Sebastián Pinto, pues “es importante incentivar el deporte en los más chiquititos, aparte que a ellos –se nota- les gustó mucho jugar con nosotros”, expresó “El Tanque” Pinto. “Lo que más me gustó fue haber jugado todos juntos y haber echado un partido con los jugadores”, dijo emocionado Héctor Mejías, uno de los tantos niños que participó en la alegre jornada. Una opinión que compartió Sebastián Gálvez, quien escuetamente dijo “jugué, hice goles, chutié”, al tiempo que confesó que su sueño es llegar a ser futbolista. Él y el resto de sus compañeros se fueron felices, pues disfrutaron del balompié y se llevaron –como obsequio-balones autografiados por sus ídolos rancagüinos.

 

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